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Preguntas frecuentes

Un Observatorio es una figura que surge para analizar diversos temas o problemas de la realidad social, recogiendo y analizando datos importantes para el desarrollo del objeto del mismo. En nuestro caso, el Observatorio de Descarbonización Rural es un instrumento de análisis, seguimiento y evaluación de la contribución del medio rural a la descarbonización y electrificación de la economía española.
El principal objetivo del Observatorio de Descarbonización Rural será el captar información útil sobre la evolución del sector energético y comunicar esta información recopilada de una manera clara y de fácil acceso para los distintos agentes interesados.

La descarbonización de la Sociedad tiene como fin el fijar unas bases firmes para consolidar una trayectoria de nuetralidad climática de la economía y la sociedad en el horizonte 2050. Así, se prevé que, mediante el autoconsumo, la generación distribuida, la gestión de la demanda, el fomento de las comunidades energéticas locales, así como medidas específicas destinadas a promover el papel proactivo de la ciudadanía en la descarbonización, se incremente la diversidad de actores y la existencia de proyectos participativos tanto en la generación de energía renovable, como en el conjunto del sistema energético. La descarbonización de la sociedad es la piedra angular sobre la que desarrollar la transición energética, siendo necesario descarbonizar los distintos sectores, tales como, generación, transporte, usos industriales, entre otros.

El objetivo a largo plazo es convertir a España en un país neutro en carbono en 2050.

La electrificación de la Sociedad consiste en la extensión del uso de la electricidad a todos los niveles y sectores de actividad en los que sea posible, esto es, aumentar la demanda de energía eléctrica en detrimento del uso de otras tipologías de energía menos sostenibles.

El medio rural, según se indica en la Ley 45/2007, de 13 de diciembre, para el desarrollo sostenible del medio rural, se define como el espacio geográfico formado por la agregración de municipios o entidades locales menores definido por las administraciones competentes que posean una población inferior a 30.000 habitantes y una densidad inferior a los 100 habitantes por km2.

La calidad de suministro eléctrico en el contexto analizado por el Observatorio de Descarbonización Rural, se refiere al número de interrupciones del suministro y su duración, las cuales se miden mediante dos variables: TIEPI y NIEPI.

  • TIEPI: tiempo de interrupción del suministro.
  • NIEPI: número de interrupciones del suministro.

La infraestructura de recarga del vehículo eléctrico constituye la instalación necesaria para efectuar una correcta carga de este tipo de vehículos. En este sentido, los tipos de puntos de recarga se pueden clasificar en función de su velocidade de carga en:

  • Carga lenta: la carga lenta se realiza siempre con corriente alterna, y suele utilizarse en el ámbito doméstico, en zonas de trabajo y lugares donde el vehículo vaya a permaner durante un periodo de tiempo elevado. Generalmente, la carga del VE se realiza en tensión monofásica a 230V y con una intensidad de 16A, siendo la potencia demandada por el vehículo de 3,7kW, por lo que el tiempo de recarga para una autonomía de 200 km es de 8 horas.
  • Carga semirrápida: este modo de carga se utiliza en supermercados, parkings, centros comerciales, flotas de vehículos, etc. Puede trabajar con corriente alterna tanto monofásica como trifásica. La potencia demandada por el vehículo es de 7,4kW en monofásica (el tiempo necesario para una autonomía de 200 km sería de 4 horas) y hasta 22kW en trifásica, con la reducción del tiempo de recarga a una hora y media en este último caso.
  • Carga rápida: la carga rápida resulta más indicada para electrolineras próximas a vías de alta ocupación (típicamente autovías), utilizándose principalmente en desplazamientos de mayor recorrido. En este modo de carga es posible trabajar con elevadas corrientes, proporcionando niveles de potencia por encima de 120kW. Por lo general, la carga rápida demanda unos 50 kW, permitiendo una carga en algo más de media hora.

De acuerdo con lo previsto en el artículo 9.1 de la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, se entenderá por autoconsumo, el consumo por parte de uno o varios consumidores de energía eléctrica proveniente de instalaciones de producción próximas a las de consumo y asociadas a los mismos.

A raiz de esta definición, cabe aclarar que, según lo indicado en el Real Decreto 244/2019, se entenderá por instalación de producción próxima a las de consumo y asociada a las mismas como aquellas instalaciones de producción o generación destinada a generar energía eléctrica para suministrar a uno o más consumidores acogidos a cualquiera de las modalidades de autoconsumo en las que se cumpla alguna de las siguientes condiciones:

  • Estén conectadas a la red interior de los consumidores asociados o estén unidas a éstos a través de líenas directas.
  • Estén conectadas a cualquiera de las redes de baja tensión derivada del mismo centro de transformación.
  • Se encuentren conectados, tanto la generación como los consumos, en baja tensión y a una distancia entre ellos inferior a 500 metros. A tal efecto se tomará la distancia entre los equipos de medida en su proyección ortogonal en planta.
  • Estén ubicados, tanto la generación como los consumos, en una misma referencia catastral según sus primeros 14 dígitos o, en su caso, según lo dispuesto en la disposición adicioanl vigésima del Real Decreto 413/2014, de 6 de junio, por el que se regula la actividad de producción de energía eléctrica a partir de fuentes de energía renovables, cogeneración y residuos.

Las pérdidas en la red de distribución se pueden definir como la diferencia entre la energía que entra en la red de distribución y la energía que finalmente es consumida por los usuarios finales de dicha red de distribución eléctrica. Pueden clasificarse en:

  • Pérdidas técnicas: correspondiente a la energía perdida en los diferentes equipos, redes e instalaciones, es decir, constituyen la parte de la energía que no se puede aprovechar y que es requerida por el sistema para su correcta operación. No pueden ser elminadas totalmente.
  • Pérdidas no técnicas: se corresopnden con pérdidas ocurridas en la red de distribución que no se corresponden con las pérdidas técnicas naturales del su funcionamiento. Se pueden corresponder con fraudes o conexiónes no registradas a la red o bien con errores en las mediciones de la energía, entre otros.