Entrevista Leo

El medio rural está llamado a jugar un rol esencial en la necesaria descarbonización del país. Impulsor de una transición ecológica que abre nuevas oportunidades a las áreas menos pobladas del país, como contribución al reto demográfico. CIDE presentó el Observatorio de Descarbonización Rural, una iniciativa para medir el papel del medio rural en la estrategia de transición energética 2030-2050.

El primer informe anual del Observatorio, realizado en colaboración con Deloitte, aporta una primera fotografía de distintos ecosistemas clave, como el vehículo eléctrico, el autoconsumo o el almacenamiento.

El medio rural, al igual que el conjunto del país, está inmerso en un proceso de transición ecológica llamado a cambiar radicalmente el panorama energético, así como, si  se realiza adecuadamente, generar un efecto tractor que ge nere importantes mejoras de carácter socioeconómico

Sin embargo, la realidad es que el apoyo que se está ofreciendo al medio rural en este proceso es limitado. En muchas ocasiones, se carece de políticas específicas adecuadas para este medio, lo que está lastrando la transición energética en estas zonas y desaprovechando el potencial de mejora que podría derivarse de esta transformación. Leonardo Hervás director general de CIDE, remarca en esta entrevista que la apuesta por la España rural: “Requiere un planteamiento ambicioso, con medidas reales y la implicación de todos, administraciones, ciudadanos, empresas, asociaciones…”

 

La España rural se vacía, ¿Son reversibles las causas de la despoblación?

Tienen que ser reversibles porque el modelo actual no es sostenible. Pero el reto demográfico es complejo, requiere un planteamiento ambicioso, con medidas reales y la implicación de todos, administraciones, ciudadanos, empresas, asociaciones… Ha sido una asignatura pendiente durante mucho tiempo, pero ahora la transición ecológica se presenta como una gran oportunidad para crear e impulsar esas condiciones que permitan fijar población en el territorio, que den opciones a esta población, que, de otra manera, se ve abocada a abandonar su pueblo o su ciudad para tener un futuro. Estamos en un contexto inigualable para revertir el proceso y ser capaces de generar empleo, aumentar y mejorar las infraestructuras y equipamientos básicos, potenciar la conectividad y explotar el potencial de las energías renovables.

La conclusión general es que hay mucho trabajo por delante para poder sacar el máximo provecho a las condiciones que brinda el medio rural para cumplir con la hoja de ruta marcada y, en este sentido, es preciso adoptar medidas urgentes si queremos cumplir con ese horizonte 2030-2050.

 

¿Qué se puede hacer?

Como decía, el reto demográfico y energético van de la mano. En el plan de acción presentado por el Gobierno en 2021 para abordar la despoblación, la transición ecológica es uno de los ejes, ligado a otros muchos aspectos, como la conectividad, el desarrollo del territorio, la igualdad de oportunidades, el impulso del turismo sostenible y del tejido productivo local, el fomento de la deslocalización de los servicios públicos o la promoción de la cultura, entre otros.  En CIDE creemos firmemente en nuestras empresas y en el modelo que representan: cercanía y calidad. Creemos que las políticas económicas deberían basarse menos en medias económicas en las que tienen mucho peso las zonas concentradas, y primar valores tan necesarios como son la cercanía y la calidad, pues para llegar a ellos es necesario emplear a personas en el territorio y darles continuidad. Económicamente puede que a corto plazo tenga un mayor coste, pero los beneficios globales son claros para la sociedad.

AI año, Ia energía renovable generada en eI medio rural evita Ia emisión de aI menos 39 miIIones de toneIadas de CO2, Io que equivale a más deI l2% de Ias emisiones totaIes de gases de efecto invernadero nacionaIes.

 

¿Las renovables pueden tener un papel en el que se faciliten las inversiones para que crezca el empleo y, en definitiva, se promueva la igualdad de oportunidades?

Efectivamente, la transición hacia una energía limpia nos permite un modelo económico deslocalizado, en el que se abren oportunidades de creación de empleo, equidad y co hesión territorial. El medio rural juega ya un papel muy relevante en renovables, puesto que un tercio de la energía que se consume en España es producida en el medio rural y  además es renovable, pero esto es solo el principio porque  hay mucho camino por explorar y recorrer en este ámbito, como por ejemplo, el desarrollo de las comunidades energéticas basadas en energías renovables y también con el au toconsumo; en este ámbito habrá un gran desarrollo en los próximos años.

Pero además las energías renovables nos permitirán reducir significativamente nuestra dependencia energética del exterior y por lo tanto, nuestra factura energética como país. Esto, sin duda, dotará a nuestra economía de mayor competitividad.

CIDE ha presentado el Observatorio de Descarbonización Rural, una iniciativa para medir el papel del medio rural en la estrategia de transición energética 2030-2050.

 

¿Cuáles son las principales conclusiones?

La conclusión general es que hay mucho trabajo por delante para poder sacar el máximo provecho a las condiciones que brinda el medio rural para cumplir con la hoja de ruta marcada y, en este sentido, es preciso adoptar medidas urgentes si queremos cumplir con ese horizonte 2030 – 2050. Así lo hemos observado en cada uno de los ecosistemas que hemos analizado.

Por ejemplo, con relación al vehículo eléctrico, según los datos del Observatorio de Descarbonización Rural, el 94% de los usuarios domésticos rurales no tiene intención de sustituir su vehículo por uno eléctrico en los próximos cinco años. Si a este dato le unimos que más de tres cuartas partes del parque automovilístico tiene más de 10 años, y por lo tanto, es susceptible de ser renovado a corto plazo, llegamos a la conclusión de que es preciso actuar para que el cambio se produzca hacia un tipo de movilidad no emisora.

Por otro lado, con respecto al autoconsumo en el medio rural, se observan dos vertientes. La primera es la de las em presas, en las que se ha identificado un nivel de desarrollo y adopción notable, con un 25% que ya dispone de esta forma de producción y un 33% que considera que lo pondrá en los próximos años. Y la segunda, la de los hogares, en la que a pesar de que la España rural presenta unas condiciones muy favorables para su desarrollo, el 91% de los hogares, según los resultados del Observatorio, no tiene intención de instalarlo.

En relación al grado de electrificación en general, los consumos energéticos de las familias y empresas rurales habitualmente se basan en energías más contaminantes. Por poner algunos ejemplos, el grado de electrificación en los hogares rurales es más de un 20% inferior a la media nacional y el despliegue del vehículo eléctrico en el ámbito rural es 4 veces inferior al del ámbito no rural.

 

¿Qué acciones concretas en el corto y medio plazo se deberían tomar para garantizar la inclusión del medio rural en el proceso de descarbonización?

En primer lugar, tenemos que ser capaces de concienciar e informar a los ciudadanos. La cercanía a través de presen cia en las zonas rurales es fundamental. Nosotros, desde CIDE, estamos contribuyendo desde nuestras empresas ru rales, por el conocimiento que tenemos de este medio y la cercanía a nuestros vecinos. Pero se puede ir más allá, con asesoramiento e información de utilidad tanto para empresas como para usuarios finales, que faciliten su implicación real en el cambio de modelo energético, a través de oficinas, por ejemplo, que informen sobre todo ello.

Pero la concienciación debe ir también acompañada de apoyo económico, pues hemos observado que la brecha entre zonas rurales y urbanas está condicionada en muchos casos por el menor nivel de renta, por lo que es un punto prioritario de actuación, mediante mecanismos de ayudas claros y sencillos. Con el impulso económico adecuado se podría incrementar el grado de electrificación de usos básicos como son la calefacción, el agua caliente o la cocina, con un potencial superior al 70% de los usuarios.

 

¿Qué papel juega la electrificación en el proceso de descarbonización y desarrollo del medio rural?

La descarbonización será posible si logramos cambiar nuestros patrones de consumo hacia formas energéticas no contaminantes. A día de hoy, la más madura y universal es la electricidad. Gozamos de unas redes envidiables a nivel mundial, disponemos de recurso solar y eólico sin igual, y contamos con una industria puntera que puede proveernos de la tecnología necesaria para que el cambio se haga realidad.

La electrificación será clave para descarbonizar el sector del   transporte. Para ello, es preciso incentivar la implementación de infraestructuras de recarga pública en las zonas ru rales como mecanismo que fomente el despliegue de la movilidad eléctrica en el medio. Así se favorecería el impulso y un mayor desarrollo de la movilidad sostenible.

Tal y como se ha comentado antes, esta nueva ola de electrificación va a traer consigo nuevos modelos de relación con la energía eléctrica, que permitirán el desarrollo del medio rural. La generación distribuida o las comunidades energéticas serán buen ejemplo de ello.

Se carece de políticas específicas adecuadas para el medio rural. ¿Hay interés político de revertir esta situación?

La hoja de ruta está marcada en ese horizonte 2030 – 2050. Ahora es el momento de implementar las políticas y el papel de las administraciones, a todos los niveles, es esencial para dotarlas de los recursos necesarios.


FUENTE: Solar News

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