Las zonas rurales tienen un nivel de electrificación un 15% inferior a la media española

electrificación
  • Solo el 31% de los habitantes de estas regiones tiene acceso cercano a los puntos de recarga públicos.

El medio rural, que supone un 16% de la población y ocupa el 84% del territorio nacional, tiene ante sí importantes desafíos en el proceso de transición energética. A pesar de su potencial ya probado para contribuir a esta transición, el medio rural precisa de medidas específicas que permitan un despliegue efectivo de todo este potencial y lograr un impacto mucho mayor. Así lo ha manifestado CIDE, asociación que engloba a 190 compañías distribuidoras de energía eléctrica, durante la presentación de la tercera edición del Observatorio de Descarbonización Rural, elaborado en colaboración con Deloitte. El estudio pone de manifiesto dificultades como la brecha energética existente en consumo y electrificación, la limitación de información específica y detallada sobre el medio rural, o la falta de infraestructuras, acentúan la discriminación territorial. En este escenario, las zonas rurales continúan presentando un nivel de electrificación un 15% inferior a la media nacional. Esta diferencia no solo implica mayores consumos energéticos de combustibles fósiles en la zonas rurales, sino que también agrava las disparidades económicas en estas regiones. El nivel de renta media por hogar rural, un 19% inferior, es un factor que profundiza la disparidad más allá de la geografía o densidad poblacional.

El Observatorio muestra como barreras principales para el desarrollo del vehículo eléctrico la falta de infraestructura de recarga pública y el elevado coste de adquisición de los vehículos. Precisamente, el coste es una barrera significativa para su adopción, tanto para empresas como para hogares rurales; y más de la mitad de los encuestados desconocen la existencia de ayudas. La segunda de las barreras identificadas es la insuficiencia de una red adecuada de puntos de recarga de acceso público. En la actualidad, España dispone de más de 20.000 estaciones públicas para la recarga de vehículos eléctricos, pero solo el 31% de los habitantes en zonas rurales tiene acceso cercano a los mismos. Además, el informe muestra una ralentización en el desarrollo del autoconsumo en 2023. El coste de adquisición sigue siendo la principal barrera tanto para empresas rurales, identificada por más de la mitad, como para hogares rurales, donde continúa siendo una preocupación para cerca de la mitad de los encuestados. En este sentido, las comunidades energéticas pueden desempeñar un papel crucial, aunque el nivel de conocimiento y participación aún no alcanza el potencial esperado.


FUENTE: La Razón

Las renovables ‘invaden’ las zonas rurales: el 86% de las renovables se instala donde menos luz se consume

renovables invaden medio rural
  • Las zonas rurales presentan un grado de electrificación inferior a la media nacional, con un consumo eléctrico aún un 15% por debajo del promedio del país.

En los últimos años, las zonas rurales de España han experimentado una transformación energética silenciosa pero significativa. Estas vastas extensiones de territorio, conocidas por su abundancia de recursos naturales, están emergiendo como un epicentro crucial en la transición hacia una matriz energética más sostenible y renovable. Sin embargo, a pesar de que estas regiones representan un espacio idóneo para la generación de energía limpia, el potencial renovable a menudo no se explota adecuadamente en todos sus ámbitos, y es que el 86% de las renovables se instala donde menos luz se consume.

Según los datos recopilados por el III Observatorio de Descarbonización de CIDE, presentado en el día de ayer, las zonas rurales presentan un grado de electrificación inferior a la media nacional, con un consumo eléctrico aún un 15% por debajo del promedio del país. A pesar del ligero aumento en el consumo eléctrico en los últimos años, existe una percepción generalizada en las comunidades rurales de que no se están aprovechando plenamente las ventajas de la transición energética.

Electrificación

La desigualdad económica se erige como uno de los principales obstáculos para una electrificación rural más amplia y eficiente. Con un ingreso promedio notablemente inferior (19%) al de las áreas urbanas, los hogares rurales enfrentan barreras financieras significativas para invertir en tecnologías de electrificación y eficiencia energética. Esta disparidad económica se traduce en una menor capacidad de acceso a servicios básicos como el gas canalizado, lo que favorece el cambio hacia la electrificación.

La electrificación rural no solo implica un cambio en los sistemas de calefacción y refrigeración, sino también en la adopción de tecnologías renovables. Las redes de calor y frío emergen como soluciones cruciales para las áreas que aún dependen de combustibles fósiles, ofreciendo una alternativa sostenible y eficiente que aprovecha los recursos locales y renovables. Estas redes, al integrar energías renovables y aprovechar recursos locales como el calor residual de industrias cercanas, no solo fomentan un uso más eficiente de los recursos energéticos, sino que también potencian la autosuficiencia energética de las zonas rurales.

Avances

A pesar de estos desafíos, hay señales alentadoras en el horizonte. Las medidas de eficiencia energética implementadas en las zonas rurales demuestran un aumento constante en los últimos años. En particular, aproximadamente una de cada tres empresas y uno de cada ocho hogares rurales han adoptado medidas de eficiencia energética en 2023, reflejando una tendencia positiva hacia la optimización del consumo energético.

Sin embargo, la implementación efectiva de estas soluciones todavía está pendiente de despegar, con el obstáculo económico siendo una barrera para muchos. Por lo tanto, es necesario establecer más iniciativas y ayudas públicas para promover y facilitar la incorporación de prácticas de eficiencia energética en el ámbito rural, garantizando una transición justa hacia un modelo energético más sostenible.

La promoción de políticas y programas de incentivos, junto con una mayor concienciación y educación sobre eficiencia energética, son pasos fundamentales para garantizar que todas las comunidades, independientemente de su ubicación geográfica o nivel socioeconómico, puedan beneficiarse plenamente de las ventajas de las energías renovables y la eficiencia energética.

Percepción

Además de la eficiencia energética, la generación de energía renovable en las zonas rurales es una pieza fundamental en la estrategia energética nacional. Aproximadamente el 36% de la energía consumida a nivel nacional proviene de estas regiones. Con el objetivo de que la generación eléctrica renovable represente el 81% del total para el año 2030, es esencial expandir y diversificar aún más las fuentes de energía sostenible en diferentes regiones del país.

La relevancia del medio rural en la generación de energía renovable en España plantea una cuestión interesante sobre la percepción de estas tecnologías. Aunque individualmente se muestra predisposición ante la generación renovable, hay una percepción diferente sobre la opinión general del entorno. Esto sugiere la necesidad de aumentar la conciencia sobre los beneficios de las renovables y fortalecer la comunicación en estas áreas.

En conclusión, el medio rural juega un papel crucial en la transición energética de España. A pesar de los desafíos económicos y sociales, el impulso hacia la electrificación y la generación renovable está en marcha. Con una colaboración estrecha entre gobiernos, empresas y comunidades rurales, España puede avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible para todos. Sin embargo, es necesario abordar las barreras económicas y sociales que obstaculizan el pleno aprovechamiento del potencial renovable de estas regiones. Solo mediante un enfoque inclusivo y equitativo se logrará una transición energética justa y exitosa hacia un futuro más sostenible.


FUENTE: El Periódico de la Energía

El medio rural evita la emisión de 44 millones de toneladas de CO2 equivalentes durante el año 2021

Presentación II Informe Descarbonización Rural
  • Se constata el desequilibrio territorial en la implantación del vehículo eléctrico, ya que más del 90% del crecimiento registrado en el último año se ha producido en zonas no rurales
  • El informe pone de relieve la necesidad de una mayor información para el acceso a los recursos públicos, ya que solo 8 de cada 100 empresas y 1 de cada 100 hogares rurales han solicitado ayudas de los Fondos Europeos Next Generation
  • El Observatorio muestra una evolución positiva en el desarrollo del autoconsumo en las zonas rurales, donde el 34% de las empresas y el 8% de los hogares rurales disponen de autoconsumo en sus propiedades.

A pesar de la contribución del medio rural a la descarbonización, la transición energética progresa a un ritmo más lento del deseado en este ámbito. Esta es una de las principales conclusiones que se desprende de la segunda edición del Observatorio de Descarbonización Rural, promovido por CIDE, asociación que engloba a 190 compañías distribuidoras de energía eléctrica. Entre los principales frenos, el informe destaca el lento avance en ejes estratégicos como el vehículo eléctrico o el almacenamiento eléctrico, así como la complejidad en el acceso a las ayudas.

“Asistimos a una evolución de la transición energética en dos velocidades, situando en un segundo plano al medio rural. Cabe recordar la pertinente promesa de “no dejar a nadie atrás” en este camino. No nos lo podemos permitir, porque el medio rural contribuye de forma activa a la descarbonización a nivel nacional y, sin embargo, no está percibiendo el retorno por parte de la sociedad. La transición ecológica puede ser, y ha de ser, una oportunidad para el mundo rural”, ha afirmado Gerardo Cuerva, presidente de CIDE, quien ha añadido que “este análisis cobra especial importancia en el actual contexto de crisis energética, en el que hay que tener en cuenta a las redes, necesarias para que la transición se lleve a cabo, y en el que es más necesario que nunca un entorno regulatorio predecible, estable y flexible”.

Por segundo año, el Observatorio, realizado en colaboración con la consultora Deloitte, ha sido presentado en un acto que ha contado con la asistencia de más de 100 profesionales, representantes de la administración y asociaciones sectoriales. La edición 2022 viene a constatar un desarrollo desigual de la transición energética entre el ámbito rural y el urbano, que se reproduce en los distintos ecosistemas analizados: la concienciación y cohesión ciudadana, el grado de desarrollo del vehículo eléctrico, el autoconsumo, el almacenamiento eléctrico, la electrificación y eficiencia de otros usos energéticos y la generación eléctrica libre de emisiones.

Complejidad de acceso a las ayudas

En la comparativa anual, la preocupación por la descarbonización ha disminuido en las zonas rurales, hecho más pronunciado en el ámbito empresarial. De esta manera, 2 de cada 3 hogares rurales no participa activamente en medidas para la reducción de la huella de carbono, mientras que las empresas rurales que no participan suman el 98% del total. Entre las causas, se apunta a un grado de desinformación relevante sobre los consumos eléctricos, donde el 65% de los hogares y el 52% de las empresas rurales afirma no comprender el incremento en la factura eléctrica del último año. Por otro lado, a pesar del gran volumen de recursos disponibles para lograr los objetivos climáticos de descarbonización y el esfuerzo en su divulgación, solo 8 de cada 100 empresas rurales han solicitado una ayuda relacionada con los Fondos Europeos Next Generation, siendo apenas el 1 de cada 100 en el caso de los hogares rurales.

Brecha en la red pública de recarga

Con relación a la descarbonización del transporte, el informe también pone de manifiesto el desequilibrio territorial en la implantación del vehículo eléctrico. Durante el año 2021, a nivel nacional, ha aumentado el número de vehículos eléctricos en aproximadamente 37.000 unidades, hasta alcanzar 162.000. Sin embargo, más del 90% de ese crecimiento se ha producido en zonas no rurales.

Una inadecuada percepción sobre los beneficios de su uso, el mayor coste inicial frente a un vehículo convencional y la falta de una infraestructura de recarga pública estarían frenando el despliegue del vehículo eléctrico, y limitándolo aún más en las zonas rurales. Actualmente solo el 29% de los encuestados rurales dispone de recarga pública cercana a su vivienda. En general y aunque se espera que el crecimiento de los vehículos eléctricos continúe durante el 2022, la cifra se mantiene muy por debajo del objetivo de cinco millones establecido por el Gobierno para el año 2030.

Impulso del autoconsumo, el almacenamiento y las comunidades energéticas

El contexto económico actual en Europa, marcado por la escalada de precios pone de relevancia el autoconsumo y el despliegue de comunidades energéticas. Respecto al año pasado, existe una evolución positiva en el desarrollo del autoconsumo en las zonas rurales. En particular, el 34% de las empresas y el 8% de los hogares rurales disponen de autoconsumo en sus propiedades. En lo que concierne a la intención de instalarlo en los próximos años, esta se ha incrementado sensiblemente, especialmente en el entorno empresarial. Esta tendencia positiva aún tiene recorrido para su crecimiento, en especial en los hogares rurales. Para que esto ocurra se requiere de medidas de impulso, especialmente destinadas a facilitar el acceso a los mecanismos habilitados desde el Gobierno. Otros obstáculos para el autoconsumo se corresponden con las barreras económicas por las rentas más bajas en las zonas rurales respecto a las zonas urbanas o metropolitanas. El Observatorio aporta también una radiografía del almacenamiento eléctrico, aspecto en el que el grado de penetración en los hogares rurales en 2022 permanece constante respecto a 2021, sin llegar a revelarse como una opción a tener en consideración por los consumidores en el medio rural.

En cuanto a la generación eléctrica libre de emisiones, continúa también la tendencia de años anteriores, y la potencia instalada de energía renovable ubicada en el medio rural se mantiene en un 87% con respecto a la potencia renovable instalada en el resto del país. Asimismo, en términos de energía, el consumo de energía renovable de origen rural en España representó en 2021 el 40% de la energía consumida, con un crecimiento del 2% con respecto al 2020 y un 8% en comparación con 2019. En este sentido, aumenta en un 8% su contribución a la reducción de la huella de carbono respecto al año anterior, lo que equivale al 16% de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero totales de España durante el mismo año. Así, las instalaciones de generación renovable en el ámbito rural han llegado a evitar 44 millones de toneladas de CO2 equivalentes durante el año 2021.

Por último, el informe aporta en su capítulo Conclusiones, recomendaciones y propone soluciones concretas basada en datos y cifras para cambiar la tendencia.

Vídeo de presentación del II Informe de resultados